lunes, 27 de diciembre de 2010
Indecisión
viernes, 24 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
Rendirme
Y sentir que me estoy perdiendo tanto...
que estoy dejando tanto...
tanto... ¿para qué?
viernes, 17 de diciembre de 2010
Para todos...
jueves, 16 de diciembre de 2010
El especial
lunes, 13 de diciembre de 2010
La fiesta de cumpleaños del pequeño Arco Seno
A la gran fiesta están invitadas las funciones de más categoría social: la Cuadrática, con sus largas y abiertas piernas; la aburrida Tangente, siempre repitiendo lo mismo; la Identidad, la más veterana de todas; y muchas otras.
Acabada la comida, se va formando un corrillo en torno a la ponchera y todas las funciones dialogan alegremente. Todas menos una: la joven e elevado a x.
En un determinado momento, las demás se dan cuenta y le dicen:
- ¿Qué haces ahí sola? Intégrate en el grupo.
A lo que la aludida responde:
- ¿Y para qué me voy a integrar, si me quedo igual?
viernes, 10 de diciembre de 2010
C'est la vie
jueves, 9 de diciembre de 2010
lunes, 6 de diciembre de 2010
Una vez leí, una vez escribí...
Recuerdo - Una nostalgia
Cualquier tiempo pasado no es que sea mejor; es sólo pasado.
...Esos gestos traen recuerdos
de otros paisajes, otros tiempos,
en los que una suerte mejor me conoció.
No me atrevo a decir nada, no estoy seguro,
aunque esos ojos, sin duda, son los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.
Pero creo que eres tú y estás casi igual,
tan hermosa como entonces, quizás más.
Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad...
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Dos pasos más: El combate y la energía
Hasta el momento, has tomado dos férreas decisiones aunque no lo parezca, a saber:
- Aún cuando no había señales de la consecución del deseo, has decidido seguir avanzando.
- Si la señal, ese detalle que nos muestra que estamos camino de conseguir nuestro deseo, no está en consonancia con el deseo mismo, decides volver a argumentar con palabras tu deseo, porque seguramente estaba mal definido.
Ahora, el siguiente paso es muy importante porque trata de verificar interna y profundamente si eres verdadero merecedor del deseo y no te conformas con "pequeños logros". No se negocia lo innegociable, es decir, pase lo que pase y no pase lo que no pase, tu respuesta es de seguir avanzando hacia lo que deseas, no hay otra decisión posible. Así, estoy definiendo mi posición ante mí mismo; y ya no sólo es conseguir mi deseo, va más allá. Decido en mi fuero interno ser tan confiable para que el Universo entero dirija su foco hacia mi deseo.
Pero, ¿qué pasa con mi energía? Vamos por partes: Lo que está claro es que lo psíquico dirige a lo energético, y éste dirige a lo físico; es decir, de lo más sutil a lo más denso. Lo sutil: lo psíquico; lo denso: lo fisico. Lo más sutil de lo sutil es la palabra, que ordena.
Hasta ahora, has aprendido a utilizar la palabra, a especificar exactamente y con precisión lo que deseas. Ahora se trata de aprender a dinamizar la energía. Te estás descubriendo en contacto con un cierto "entramado universal" que lo conecta todo y te conecta con todo. Inicias una etapa de alerta máxima de tu conciencia, atendiendo a cuestiones cotidianas que antes te pasaban desapercibidas, "descubres"el Universo... y eso activa tu energía. Es el sexto paso.
martes, 30 de noviembre de 2010
Como decíamos ayer...
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sábado, 27 de noviembre de 2010
Ganar versus Perder
Queramos o no, vivimos en un mundo relativo y dual en el que muy difícilmente alcanzamos la conjunción completa y el equilibrio perfecto: Amor-odio; alegría-tristeza; salud-enfermedad; luz-oscuridad; ganar… ¿perder? Un momento, un momento… aquí hay algo que no me cuadra… veamos…
Ganar… Sin consultar siquiera el diccionario de la RAE, ni abstraerme en disquisiciones académicas, y todo desde mi punto de vista, considero que ganar es conseguir alguna cosa de la que carecíamos, en el sentido más amplio. Su antónimo sería, pues, “no conseguir aquello que no tenemos”. Pero, ¿es eso perder?
Pues… no. Perder es dejar de tener alguna cosa que nos pertenecía: pierdo algo que tengo porque no puedo perder lo que no tengo (¡vaya un galimatías!).
¿Cuál será, entonces, el opuesto de ganar? Sencillamente, no ganar.
Que sí, que sí, que no soy nada original, lo sé y ni siquiera lo pretendo. Y es que esta conclusión me consuela. Porque, aunque la diferencia entre “perder” y “no ganar” puede resultar algo sutil; sin embargo, para mí, sentirme “perdedora” o “no ganadora” es diferente, radicalmente diferente.
Así, y como caballo no ganador, sin nada que perder –pues no poseo nada-, y con algún que otro deseíllo, ¡inconfesable!, jejejeje, por ganar, ahora, justamente ahora, inicio el juego, este juego de vida, riéndome de mi suerte y desajustándome los arneses para devolver cuantas pelotas caigan en mi campo, sin vértigos ni ruidos.
jueves, 25 de noviembre de 2010
La cortesía no es más que aire...
"Prefiero ser yo mismo y que la gente sepa exactamente cómo me siento... La cortesía no es más que aire..."
"Eso es verdad. Pero aire es también lo que llevamos en los neumáticos, y fíjate cómo suaviza los baches..." (De Mello)
A veces, algunas veces, olvidamos que tratamos con personas, que se merecen un mínimo de respeto, por ellas y por nosotros mismos.
jueves, 18 de noviembre de 2010
jueves, 11 de noviembre de 2010
Distinta intención
"El tiempo todo lo cura". El tiempo... el tiempo parece que cura las heridas, redondea las aristas más picudas, difumina los inconvenientes, como ese reflejo...
Si fuera así, el tiempo sería como la variable independiente dentro de una ecuación, en la que las demás variables toman valor según la primera.
Pero no es así. Las circunstancias se desarrollan independientemente del tiempo; mi teléfono suena ahora y no es este momento el que hace que suene: eres tú, en tu libre albedrío, el que ha marcado sus dígitos.
La decisión de cambiar el sentido de este blog no ha sido tomada por el tiempo, aunque me ha ayudado a madurar la idea. No tengo decidido cómo se va a ir desarrollando; dejo que la improvisación me sorprenda.
¡Vuelvo en una vuelta!
domingo, 7 de noviembre de 2010
Nueces
martes, 2 de noviembre de 2010
Acción - reacción
Hasta ahora sólo has dado cuatro pasos. Todo lo que se produzca a partir de este momento depende de con cuánta precisión y calidad se hayan realizado.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cualquier impulso realizado en un sentido se contrarresta con su contrario, en sentido opuesto (principio de acción-reacción). Esto quiere decir que si tu impulso hacia la consecución de tu deseo es grande, habrá "algo" que querrá contrarrestarlo con igual fuerza y sentido contrario. Y ello lo hará utilizando tres ardides, a saber:
- Tratará de disuadirte haciéndote creer que si aún no has conseguido tu objetivo es que éste no es para tí.
- Si esto no te pudiera frenar, te haría creer que lo que ocurre es que ahora no es el momento de lograrlo y toca esperar.
- Y si ni siquiera esta vía pasiva logra su propósito, es que el deseo realmente no es para tí.
martes, 26 de octubre de 2010
Poesía andalusí
como la madera de la que sale lo mismo
no quiero disfrazarme de víctima de la injusticia.
procuro mi virtud sin descanso.
Estando firmes mi religión y mi honor,
en nada tengo lo que se va de mi lado.
El ayer se fue, el mañana no sé si lo alcanzaré
¿de qué voy a afligirme?
lunes, 11 de octubre de 2010
Dos más: Mirar para comprender
Concretado el deseo, fijado el objetivo, una pregunta aparece en el horizonte humano: "¿Cómo lo hago?" ¡No caigas en la trampa! ¿Acaso una flor pregunta cómo conseguir su perfume, o la hoja cómo renacer en primavera? No te preguntes cómo: ve directamente hacia tu objetivo, liberándote de la necesidad de encontrar el cómo, sintiendo indefectiblemente la realización de ese deseo, focalizando de nuevo toda tu energía en su consecución. Y lo demás se dará por añadidura... o por casualidad.
Una vez salvado el obstáculo de la forma, las señales del deseo cumplido empezarán a materializarse, quizás como meras casualidades, quizás como hechos aislados. Estate atento a cada uno de los acontecimientos que te ocurren, considerándolos como semillas del deseo. Tendrás que observar si eso que ocurre está en consonancia con el deseo, porque puede darse el caso de estar yendo hacia otra cosa. En el caso de que no esté en consonancia, habría que volver a establecer con palabras el deseo: seguramente, la formulación del deseo no era todo lo correcta que era menester.
Este paso es importantísimo puesto que te ayuda a leer lo externo como reflejo de lo interno, dualidad y simetría, que disuelve la ilusoria división entre ambos.
jueves, 30 de septiembre de 2010
Dos primeros pasos hacia el infinito
- Estado de lo posible. Consideramos que aquello que deseamos es posible conseguirlo (¡ojo! sólo posible).
- Estado de lo imposible. Nuestra mente se cierra a la posibilidad.
- Estado de lo contingente. A veces me sale, a veces, no me sale. Dudo.
- Estado de lo necesario. Quiero esto porque lo necesito.
Empieza por salir de estos estados. Empieza por poner orden en tu mente y ver lo que deseas como una realidad, sin dividir fuerzas (quiero pero no debo; lo hago o no...)
Materializa ese deseo por medio de la palabra, concrétalo, defínelo, analiza tus palabras de manera que sean exactamente coincidentes con aquello que quieres lograr, escúchalas atentamente.
El orden, previamente establecido mentalmente, se cristaliza por medio de la palabra. Y tu energía se focaliza unificada hacia tu deseo.
martes, 21 de septiembre de 2010
Preguntas
jueves, 5 de agosto de 2010
Ser como se es
Un día, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: “Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo, porque debido a mis grietas solamente puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir”.
El aguador le dijo compasivamente: “Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”. Así lo hizo la tinaja. Vio muchísimas flores. Pero no dejó de sentirse apenada.
El aguador le dijo entonces: “¿Te diste cuenta que las flores sólo crecen a tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, no hubiera sido posible crear tanta belleza”.
martes, 3 de agosto de 2010
Conocer o conocer
domingo, 1 de agosto de 2010
miércoles, 28 de julio de 2010
Una cualidad humana
Elegir. Una capacidad específicamente humana que trata de discernir entre las distintas alternativas y seleccionar aquella que más conviene. Elegir, por tanto, es igual a saber lo que nos conviene. Ése es el arte de vivir, de saber vivir.
Por otra parte, tener esa capacidad involucra implícitamente a otra cualidad, ni más ni menos, a la libertad. ¡Cuidado! Nuestra libertad significa que, por una parte, somos libres ante nuestra respuesta a los estímulos –no a cuáles sean dichos estímulos- y que, por otra, nuestra respuesta no ha de conllevar en sí misma el logro del resultado previsto –existen distintas “libertades” que interfieren entre sí y la nuestra no ha de “prevalecer” sobre las demás.
Y, sin embargo, no podemos dejar de ser libres. Eso no podemos elegirlo. ¡Qué gran contradicción! No somos libres de no ser libres, no tenemos más remedio que serlo. Pero, ¡qué difícil se nos hace a veces elegir!
Hay indecisiones que hasta pueden ser sanas, porque invitan a la reflexión y a la toma de conciencia, sin prisas ya que la prisa puede ofuscar el entendimiento. Pero hay indecisiones que confunden la mente, que no dejan tomar partido, lo cual debilita a la persona y la desequilibra, produciéndole un estado catatónico que puede llegar a ser crónico. Este tipo de indecisiones se deben al temor al fracaso, a la irresponsabilidad o a la falta de discernimiento a la hora de considerar qué es lo mejor para uno mismo. A veces, es tan fácil no elegir… porque conlleva no responsabilizarse de los resultados.
Elegir, a veces, produce ansiedad: no se conoce el resultado y éste puede ser contrario al deseo. Asumir la decisión tomada como propia y ser conscientes de que no tenemos ninguna garantía de acierto es signo de madurez personal.
Hay que ser valientes, muy valientes, para tomar determinadas decisiones.
Hay que ser valientes, muy valientes, para decidir aquello que menos deseamos.
Hay que ser valientes, muy valientes, para enfrentarse día a día con la vida… y no dejarse llevar por las circunstancias…
miércoles, 21 de julio de 2010
El mono
De repente, se encontró encerrado en una habitación sin ventanas ni puertas. Estaba desesperado y, para salir, se lanzaba durante días y días contra uno y otro muro.
Cuando comprendió que no podía salir, se tumbó en el suelo, se distendió y se sosegó.
De súbito, se halló fuera de la habitación.
Ramiro A. Calle.
jueves, 17 de junio de 2010
Transformación de adversidades
- Muy lejos de aquí -respondió apenada la lechuza.