jueves, 17 de junio de 2010

Transformación de adversidades




Una lechuza y una tórtola se habían hecho buenas amigas. Un día, la tórtola vio cómo su compañera se preparaba para marcharse, por lo que le preguntó:

- ¿Es que te vas, amiga mía? ¿Adónde?

- Muy lejos de aquí -respondió apenada la lechuza.

- Pero ¿por qué?

- Porque a la gente de este lugar no le gusta mi graznido; se ríen, se burlan de mí y me humillan.

Después de cavilar unos instantes, la tórtola dijo:

- Mira, amiga querida, si puedes cambiar tu graznido, es buena idea que te vayas, aunque entonces ya no necesitarías hacerlo. Si por el contrario no puedes cambiarlo, ¿qué objeto tiene que te mudes? Allí donde acudas encontrarás también gente que no guste de tu graznido. ¿Qué harás entonces? ¿Volver a mudarte? Es mejor que permanezcas aquí y no pierdas tu armonía y equilibrio porque a algunos no les guste tu graznido. Ramiro Calle.


Propiciar equilibrio, resistencia pasiva y ecuanimidad. Aun en la inarmonía hay que poner los medios para hallar ecuanimidad.