Hasta el momento, has tomado dos férreas decisiones aunque no lo parezca, a saber:
- Aún cuando no había señales de la consecución del deseo, has decidido seguir avanzando.
- Si la señal, ese detalle que nos muestra que estamos camino de conseguir nuestro deseo, no está en consonancia con el deseo mismo, decides volver a argumentar con palabras tu deseo, porque seguramente estaba mal definido.
Ahora, el siguiente paso es muy importante porque trata de verificar interna y profundamente si eres verdadero merecedor del deseo y no te conformas con "pequeños logros". No se negocia lo innegociable, es decir, pase lo que pase y no pase lo que no pase, tu respuesta es de seguir avanzando hacia lo que deseas, no hay otra decisión posible. Así, estoy definiendo mi posición ante mí mismo; y ya no sólo es conseguir mi deseo, va más allá. Decido en mi fuero interno ser tan confiable para que el Universo entero dirija su foco hacia mi deseo.
Pero, ¿qué pasa con mi energía? Vamos por partes: Lo que está claro es que lo psíquico dirige a lo energético, y éste dirige a lo físico; es decir, de lo más sutil a lo más denso. Lo sutil: lo psíquico; lo denso: lo fisico. Lo más sutil de lo sutil es la palabra, que ordena.
Hasta ahora, has aprendido a utilizar la palabra, a especificar exactamente y con precisión lo que deseas. Ahora se trata de aprender a dinamizar la energía. Te estás descubriendo en contacto con un cierto "entramado universal" que lo conecta todo y te conecta con todo. Inicias una etapa de alerta máxima de tu conciencia, atendiendo a cuestiones cotidianas que antes te pasaban desapercibidas, "descubres"el Universo... y eso activa tu energía. Es el sexto paso.