Angustiado, un discípulo acudió a su maestro y le preguntó:
-¿Cómo puedo liberarme?
El instructor contestó:
- Amigo mío, ¿y quién te ata?
La mente es amiga o enemiga. Aprende a subyugarla.
La vida no se mide por las veces que respiramos... sino por los momentos que nos dejan sin aliento