Y de repente me he puesto romántica; y de repente... todo se ha venido abajo; y de repente, el olor, el tuyo, mezclado con iriscencias incandescentes, me embriaga.
No puedo seguir; me atragantan los deseos y la incoherencia ha hecho presa en mí.
Mírame, con esa mirada en la que el Universo entero se concentra, materia negra que atrapa y engulle. Suelta, suéltame: quiero mirarte yo también, detenidamente... uhmmm, ese lunar ayer no estaba ahí...
Calla, sobran las palabras. Ahora, sí.