El miedo se expande con su onda contagiosa como una plaga, exterminando esperanza, pasión, amor... Quema todo, pudre todo, estropea todo, escogorcia -como díria Mery- todo.
Yo estoy harta.
De tanto miedo: a la vejez, al futuro (¿seremos idiotas?), al no-tener, al no-poseer, al dolor, a ¿perder? yo qué sé cosa, a... a las historias que nos creamos con este pensamiento nuestro tan versátil.
Estoy harta de tanto cobarde.
Estoy harta.