martes, 21 de agosto de 2012

Mi pantalla


Tengo minimizada la pantalla de entradas. Sin embargo, sigo controlando.
Estoy enfrascada, leyendo las últimas noticias; como siempre, son todas oscuras y sin expectativas. Acabo por no entender nada: sólo controlo.
Ni una señal, ni una seña, ni el más leve soplo de viento se observa.
Me recreo en eso que leí hace un par de días: no es lo mismo, pero se parece. Allí, estaba claro, o así lo veía yo, como observadora a distancia. Aquí, no veo. Así de sencillo: las cataratas que inundan mis ojos son tan grandes o más que las de Iguazú, con todo el respeto para ellas.
Mi impotencia no tiene con qué mezclarse: no hay ni tristeza ni nostalgia. Es lo que hay.