Pasa que un@ toma decisiones en un determinado momento que, por hache o por be, no tiene suficientemente maduras. Y luego, pasa lo que pasa.
Ahora es hora de responsabilizarse de esas decisiones, coger las implicaciones a las que han dado lugar, levantar la cabeza y decir "aquí estoy", y dejarse de lamentos sin sentido.
Sigue habiendo esperanza; todo no se acaba aquí; el sol sigue brillando; mi magnífico amigo cantor entona más armónicamente si cabe su gorgojeo...
No tengo nada, nada en absoluto, que ganar. Y toda una vida por vivir.
¡¡A POR ELLA!!