SUEÑA,
que los sueños son el alimento más dulce que se sirve en la mesa de la vida.
Mery se negaba; y sin embargo, ella misma se lo imponía como tarea: soñar, soñar aun despierta.
Cualquier excusa era buena; o sin excusa.
Lo malo era el despertar, que siempre era distinto y para mal.
Algún día, algún día... tendría que ganar... ¿no?
3 comentarios:
Oh, un seguidor me ha dejado... bueno... seguidora...
Lo que pasa siempre es lo mejor que puede pasar. Siempre. Rotundo suena, pero cierto.
Es una pena, pero es que ¡qué pena!
Publicar un comentario