La lluvia es fina esta tarde. El viento la mueve de aquí para allá, con tesón. El viento es muy terco por estos lares. Y ella es tan fina que se deja mecer arrullada por su soplo.
Ella también peca de tozuda: cae sin parar. Bonita pareja que, en unión, lo empapa todo y a todos; no hay paraguas que resista ni chubasquero que proteja de ambos dos.
Como esa delicada lluvia, así es la tristeza. Llega sin ser llamada, aunque antes se vislumbran esas nubes, nubarrones negros, que la presagian. Y cae, susurrando, sigue entrando de puntillas; parece que no hace daño, es sutil. Ésta se vale bien sola; pero si se gana al hastío, la pareja es redonda, como mi avatar.
Entonces, te empapan hasta los tuétanos.
Sin remedio.
2 comentarios:
"Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad"
"La compasión surge del corazón,
cuando yo uno mi AMOR con tú DOLOR.
La lástima surge de la mente,
cuando yo uno mi MIEDO con tu DOLOR."
Esto era. Así, no se me olvidará.
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