Hoy vuelves a la monotonía de la vida corriente y moliente.
Hoy la lluvia no te moja.
Hoy el sol no te calienta.
Hoy es todo tan vulgar... tan vulgar como cuando lo dejaste...
Gritas.
Te quedas afónica.
Te quedas afónica.
Hoy nadie te oye, ni te escucha, ni te entiende, ni sabe ni quiere saber.
Ya no importa, no importa, porque no tiene sentido, ha dejado de ser motor para convertirse en pistón, que si lo empujan se mueve.
Te paras. Descansas. Piensas.
4 comentarios:
Dicen que, estadísticamente, ayer fue el día del año más deprimente del año. Pues va a ser que no.
El "hoy es hoy" no tiene sonidos, insípido, no tiene olor ninguno, sin forma, casi no puede tocarse, es más, no lo rozo siquiera.
Y, sin embargo, aún veo. ¿Será posible?
Jajaja... y la "vida", o como lo gustes llamar, se ha vuelto a reir de ti con todas sus ganas: si quieres estar triste, ¡zas!, ponte a sonreir por aqui y por alla, pero con sonrisa de la buena, buena.
No esperar, pero ¡oye!, que llega... que va llegando... y'astáquí -con dos acentos.
Puedo imaginar, eso sí, que mediante el trabajo continuo y sin descanso se pueden adormecer dentro de uno tanto la esperanza como la ilusión; sin embargo, en lo más profundo del alma, la esperanza permanecerá viva y al acecho. ¡Hay que darle con el hacha en sus mismas raíces!
¡Chapó, Medemoiselle!
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