Hacía mucho tiempo que no visitaba mi antiguo blog; hoy, me ha picado el virus de la nostalgitis. Me curé enseguida, con sólo releer un escrito mío que, ¡oye!, me ha gustado, y que no quiero perderlo en aquel sitio, ¡para algo tengo éste! Asi es que, ipso-flauta, me pongo a ello (Y, y, y, que digo yo que pa qué tengo que dar tantas expliqueisons; que lo pongo, y puán):
El amor está en crisis, también. Por desgracia, lo que alguien ha llamado “la mortalidad de las relaciones amorosas” va increscendo a pasos agigantados. Por el contrario y con frecuencia, aquellos que se encuentran solos consideran que el remedio para su soledad estará en la pareja y hacia ella dirigen todos sus esfuerzos descartando cualquier otra circunstancia que los rocen. Ambas circunstancias son potencialmente peligrosas para los que las sufren, ya que afectan a sus vidas y no sólo afectivamente.
Algo falla. ¿Qué falla?
Sergio Sinay, en su libro “El buen amor”, establece nueve factores esenciales para encontrarnos, para establecer vínculos enriquecedores que nos permitan armonizarnos mutuamente. Veamos cuáles son:
1.-La primera persona
Soy un ser completo en mí misma. La protagonista de mi vida, en primera persona. Y tú eres tan único y tan primera persona para ti como lo soy yo para mí.
2.- El otro
No podría reconocerme como yo si no existieras tú, el otro. Por lo tanto, te reconozco como diferente a mí.
“A estas alturas de mi vida, no busco un gran amor; lo que necesito es un buen amor”.
El amor está en crisis, también. Por desgracia, lo que alguien ha llamado “la mortalidad de las relaciones amorosas” va increscendo a pasos agigantados. Por el contrario y con frecuencia, aquellos que se encuentran solos consideran que el remedio para su soledad estará en la pareja y hacia ella dirigen todos sus esfuerzos descartando cualquier otra circunstancia que los rocen. Ambas circunstancias son potencialmente peligrosas para los que las sufren, ya que afectan a sus vidas y no sólo afectivamente.
Algo falla. ¿Qué falla?
Sergio Sinay, en su libro “El buen amor”, establece nueve factores esenciales para encontrarnos, para establecer vínculos enriquecedores que nos permitan armonizarnos mutuamente. Veamos cuáles son:
1.-La primera persona
Soy un ser completo en mí misma. La protagonista de mi vida, en primera persona. Y tú eres tan único y tan primera persona para ti como lo soy yo para mí.
“Dos que no empiezan por ser yo, jamás podrán convertirse en nosotros”
2.- El otro
No podría reconocerme como yo si no existieras tú, el otro. Por lo tanto, te reconozco como diferente a mí.
“Yo soy yo y soy el otro del otro”
3.- Las diferencias
Está claro que yo y el otro somos distintos, por ser únicos. Y, ¿qué pasa con las diferencias? Existen, claro está, pero no se trata de limarlas, sino de aceptarlas, de respetarlas, de integrarlas.
“Dos que fundan un amor son dos que fundan un país nuevo en un territorio virgen”
4.- El misterio
Siempre quedan aspectos del otro que son inaccesibles para uno, por mucho que nos esforcemos por explorarlos y conocerlos. Son sus misterios. En ningún caso estos misterios son un secreto –sería una ocultación más o menos consciente-, ni tampoco un problema –no tienen por qué dificultar el proceso amoroso.
“Los misterios no se resuelven, son”
5.- La aceptación
La aceptación no es tolerancia. La tolerancia establece límites (hasta aquí estoy dispuesta a tolerarte). La aceptación reconoce las diferencias y las valora positivamente, sin intentar difuminarlas ni eliminarlas.
“La aceptación es la certeza de que nada de lo que diga, sienta, piense o deje de decir, sentir o pensar el otro es para dañarme o manipularme”
6.- El tiempo
La participación del tiempo en el proceso amoroso es indiscutible. Existe el amor a primera vista, claro; pero ese fuego se convertirá en brasas de amor si notamos las diferencias, si nos conocemos, si nos aceptamos.
“El tiempo es el que permite a las otras condiciones manifestarse y desarrollarse”.
7.- El encuentro
La búsqueda. Buscar para encontrar. Pero… suele ocurrir que la búsqueda que encuentra al otro es la que no se emprende, los encuentros sin búsqueda.
“Un encuentro sin búsqueda no nace de una estrategia. Cuando el encuentro ocurre, son dos perfectas imperfecciones humanas, singulares y diversas, las que se cruzan en un punto único de sus existencias”
8.- La responsabilidad
La responsabilidad va ligada a la libertad de elegir. Y es la capacidad de hacerse cargo de la propia vida, y por tanto, de la propia participación y permanencia en la relación amorosa.
“Soy responsable de lo que hago con lo que siento”
9.- La compañía
Si me preocupo por encontrar a alguien que me acompañe antes de saber adónde voy, corro el riesgo de que ese alguien se convierta en un obstáculo en mi vida. Si sé hacia donde voy puedo coincidir con alguien que lleve mi mismo rumbo.
"Vamos juntos, nos unimos en una marcha que cada uno debe hacer por sí mismo, que cada uno se debe a sí mismo”.
“Si conozco mi camino, te encontraré.
Si sabes adónde vas, me encontrarás.
Si no forzamos nuestro destino, nos acompañaremos”
Si sabes adónde vas, me encontrarás.
Si no forzamos nuestro destino, nos acompañaremos”
1 comentario:
Por fin me ha salido... poco más o menos como quería... puffff... me ha costado miajilla
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