martes, 9 de agosto de 2011

Sigo




... enganchada.
Sí, sí. Talmente alucinada y sorprendida y enganchada y anonadada y todas las -adas del mundo mundial.
Es ligero, a pesar de su volumen, y ameno. Y tiene el acierto de comentar hechos históricos que pasan casi desapercibidos pero que enmarcan exactamente el momento y el lugar en el que se desarrolla el argumento, además de hilvanar con fina hebra cada uno de los ejes secundarios alrededor del principal.
Cómo maneja las palabras: unas, comunes; otras, estilisticamente delicadas; todas entrelazadas tejiendo un estilo directo y sencillo, accesible.
Sólo puedo añadir...
¡me encanta!


No vale la pena llorar sobre la leche derramada

1 comentario:

Mtu dijo...

Qué interesante está!!!! Además, las referencias históricas aumentan y el "morbillo" se desenfrena. La protagonista está en un dilema; siente las despedidas; la situación se aclara; ainn, qué pasará????

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