martes, 10 de mayo de 2011

Cierra y abre



Sólo cerrando las puertas detrás de uno,

se abren ventanas hacia el porvenir.

Françoise Sagan

2 comentarios:

Mtu dijo...

¿Puedes hacer, por favor, que el viento sople del norte? Estoy tan cansada... que el iglú me vendría bien, incluso si es de algodón.
Dame un poco. Afuera, arrecia la marea. Un tropel de enjambres furiosos se debate en el cataclismo del avatar del tiempo; nada queda, nada soporta la insoportable levedad del ser, que me sonríe con beneplácito. Verde hoja, verde que te quiero verde... Cumbre nevada deshelada, exhuma su humanidad pétrea; nada es lo que parece, el pesar de Mery. Un cuarto y el tic-tac se desata; ¡ràpido! La locomotora traza el círculo perfecto de su deambular cansino; vuelta la burra al trigo; otra tuerca que encaja.
Me queda... ¿qué me queda? Haré inventario, por si...

Anónimo dijo...

Un rizo, rizar el rizo, ¿para qué? Iluso movimiento, cíclicamente uniforme, que aplasta la sensatez más alocada, y por ello, más sensata.
Déjame hurgar entre las cenizas; nunca encontraré nada; un desatino, lo sé. Sin embargo, me permito el desenfreno más locuaz en lugares comunes, corrientes y molientes, que despejan cualquier duda razonablemente educada. Duda metódica. Duda entusiasta. La duda. Me encandila. Me apabulla. Me espanta. Y la adoro.
Quiero pensar... déjame pensar... pienso...

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