Era un mono muy fuerte.
De repente, se encontró encerrado en una habitación sin ventanas ni puertas. Estaba desesperado y, para salir, se lanzaba durante días y días contra uno y otro muro.
Cuando comprendió que no podía salir, se tumbó en el suelo, se distendió y se sosegó.
De súbito, se halló fuera de la habitación.
Ramiro A. Calle.
De repente, se encontró encerrado en una habitación sin ventanas ni puertas. Estaba desesperado y, para salir, se lanzaba durante días y días contra uno y otro muro.
Cuando comprendió que no podía salir, se tumbó en el suelo, se distendió y se sosegó.
De súbito, se halló fuera de la habitación.
Ramiro A. Calle.
2 comentarios:
La mente se empeña en obligar a la vida a que vaya por un determinado camino. Es una ilusión.
La mente es la que no me deja comprender que todo es lo mismo; es ella la que me obliga a enredar las cosas, a dejar a un lado la sencillez. Y mi mente no soy yo.
Mi mente me obliga a parapetarme detrás de un muro, para no ser vista. ¿A qué temo? ¿Qué puedo temer si formo parte de aquello que temo? Jo, me harta tanta contradicción...
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