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martes, 30 de noviembre de 2010
Como decíamos ayer...
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Parise
sábado, 27 de noviembre de 2010
Ganar versus Perder
Desde el principio de los tiempos, toda circunstancia tiene adosada otra antagónica suya que la complementa.
Queramos o no, vivimos en un mundo relativo y dual en el que muy difícilmente alcanzamos la conjunción completa y el equilibrio perfecto: Amor-odio; alegría-tristeza; salud-enfermedad; luz-oscuridad; ganar… ¿perder? Un momento, un momento… aquí hay algo que no me cuadra… veamos…
Ganar… Sin consultar siquiera el diccionario de la RAE, ni abstraerme en disquisiciones académicas, y todo desde mi punto de vista, considero que ganar es conseguir alguna cosa de la que carecíamos, en el sentido más amplio. Su antónimo sería, pues, “no conseguir aquello que no tenemos”. Pero, ¿es eso perder?
Pues… no. Perder es dejar de tener alguna cosa que nos pertenecía: pierdo algo que tengo porque no puedo perder lo que no tengo (¡vaya un galimatías!).
¿Cuál será, entonces, el opuesto de ganar? Sencillamente, no ganar.
Que sí, que sí, que no soy nada original, lo sé y ni siquiera lo pretendo. Y es que esta conclusión me consuela. Porque, aunque la diferencia entre “perder” y “no ganar” puede resultar algo sutil; sin embargo, para mí, sentirme “perdedora” o “no ganadora” es diferente, radicalmente diferente.
Así, y como caballo no ganador, sin nada que perder –pues no poseo nada-, y con algún que otro deseíllo, ¡inconfesable!, jejejeje, por ganar, ahora, justamente ahora, inicio el juego, este juego de vida, riéndome de mi suerte y desajustándome los arneses para devolver cuantas pelotas caigan en mi campo, sin vértigos ni ruidos.
Queramos o no, vivimos en un mundo relativo y dual en el que muy difícilmente alcanzamos la conjunción completa y el equilibrio perfecto: Amor-odio; alegría-tristeza; salud-enfermedad; luz-oscuridad; ganar… ¿perder? Un momento, un momento… aquí hay algo que no me cuadra… veamos…
Ganar… Sin consultar siquiera el diccionario de la RAE, ni abstraerme en disquisiciones académicas, y todo desde mi punto de vista, considero que ganar es conseguir alguna cosa de la que carecíamos, en el sentido más amplio. Su antónimo sería, pues, “no conseguir aquello que no tenemos”. Pero, ¿es eso perder?
Pues… no. Perder es dejar de tener alguna cosa que nos pertenecía: pierdo algo que tengo porque no puedo perder lo que no tengo (¡vaya un galimatías!).
¿Cuál será, entonces, el opuesto de ganar? Sencillamente, no ganar.
Que sí, que sí, que no soy nada original, lo sé y ni siquiera lo pretendo. Y es que esta conclusión me consuela. Porque, aunque la diferencia entre “perder” y “no ganar” puede resultar algo sutil; sin embargo, para mí, sentirme “perdedora” o “no ganadora” es diferente, radicalmente diferente.
Así, y como caballo no ganador, sin nada que perder –pues no poseo nada-, y con algún que otro deseíllo, ¡inconfesable!, jejejeje, por ganar, ahora, justamente ahora, inicio el juego, este juego de vida, riéndome de mi suerte y desajustándome los arneses para devolver cuantas pelotas caigan en mi campo, sin vértigos ni ruidos.
Sí: me declaro “no ganadora” ¿y qué?
¡¡Hagan juego, señores!!
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Salir... salir
jueves, 25 de noviembre de 2010
La cortesía no es más que aire...
"Prefiero ser yo mismo y que la gente sepa exactamente cómo me siento... La cortesía no es más que aire..."
"Eso es verdad. Pero aire es también lo que llevamos en los neumáticos, y fíjate cómo suaviza los baches..." (De Mello)
A veces, algunas veces, olvidamos que tratamos con personas, que se merecen un mínimo de respeto, por ellas y por nosotros mismos.
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Me viene a la cabeza
jueves, 18 de noviembre de 2010
jueves, 11 de noviembre de 2010
Distinta intención
Este blog nació con una intención pero... sospecho que la intención de ahora es otra... Tiempo al tiempo... ¡pero cuánto valor le damos al tiempo, me cachis!
"El tiempo todo lo cura". El tiempo... el tiempo parece que cura las heridas, redondea las aristas más picudas, difumina los inconvenientes, como ese reflejo...
Si fuera así, el tiempo sería como la variable independiente dentro de una ecuación, en la que las demás variables toman valor según la primera.
Pero no es así. Las circunstancias se desarrollan independientemente del tiempo; mi teléfono suena ahora y no es este momento el que hace que suene: eres tú, en tu libre albedrío, el que ha marcado sus dígitos.
La decisión de cambiar el sentido de este blog no ha sido tomada por el tiempo, aunque me ha ayudado a madurar la idea. No tengo decidido cómo se va a ir desarrollando; dejo que la improvisación me sorprenda.
¡Vuelvo en una vuelta!
"El tiempo todo lo cura". El tiempo... el tiempo parece que cura las heridas, redondea las aristas más picudas, difumina los inconvenientes, como ese reflejo...
Si fuera así, el tiempo sería como la variable independiente dentro de una ecuación, en la que las demás variables toman valor según la primera.
Pero no es así. Las circunstancias se desarrollan independientemente del tiempo; mi teléfono suena ahora y no es este momento el que hace que suene: eres tú, en tu libre albedrío, el que ha marcado sus dígitos.
La decisión de cambiar el sentido de este blog no ha sido tomada por el tiempo, aunque me ha ayudado a madurar la idea. No tengo decidido cómo se va a ir desarrollando; dejo que la improvisación me sorprenda.
¡Vuelvo en una vuelta!
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Hablar por hablar
domingo, 7 de noviembre de 2010
Nueces
No seas satélite de tí mism@. Sólo viviendo el día a día podrás realizar tus sueños. Puede que algún día...
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Ismael Serrano
martes, 2 de noviembre de 2010
Acción - reacción
Hasta ahora sólo has dado cuatro pasos. Todo lo que se produzca a partir de este momento depende de con cuánta precisión y calidad se hayan realizado.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cualquier impulso realizado en un sentido se contrarresta con su contrario, en sentido opuesto (principio de acción-reacción). Esto quiere decir que si tu impulso hacia la consecución de tu deseo es grande, habrá "algo" que querrá contrarrestarlo con igual fuerza y sentido contrario. Y ello lo hará utilizando tres ardides, a saber:
- Tratará de disuadirte haciéndote creer que si aún no has conseguido tu objetivo es que éste no es para tí.
- Si esto no te pudiera frenar, te haría creer que lo que ocurre es que ahora no es el momento de lograrlo y toca esperar.
- Y si ni siquiera esta vía pasiva logra su propósito, es que el deseo realmente no es para tí.
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Parise