jueves, 30 de septiembre de 2010

Dos primeros pasos hacia el infinito




La realidad se genera de dentro a fuera, de lo sutil a lo denso. Partiendo de este principio, ante todo es necesario conocer en qué estado está nuestra mente. Y hay cuatro estados que son como cárceles:
  1. Estado de lo posible. Consideramos que aquello que deseamos es posible conseguirlo (¡ojo! sólo posible).


  2. Estado de lo imposible. Nuestra mente se cierra a la posibilidad.


  3. Estado de lo contingente. A veces me sale, a veces, no me sale. Dudo.


  4. Estado de lo necesario. Quiero esto porque lo necesito.

Empieza por salir de estos estados. Empieza por poner orden en tu mente y ver lo que deseas como una realidad, sin dividir fuerzas (quiero pero no debo; lo hago o no...)

Materializa ese deseo por medio de la palabra, concrétalo, defínelo, analiza tus palabras de manera que sean exactamente coincidentes con aquello que quieres lograr, escúchalas atentamente.

El orden, previamente establecido mentalmente, se cristaliza por medio de la palabra. Y tu energía se focaliza unificada hacia tu deseo.

martes, 21 de septiembre de 2010

Preguntas


- ¿Desde dónde vas a hacerlo? Nombra la realidad que quieres, escucha en qué consiste esa realidad, sin dejarte atrapar por "lo que quieres decir".


- ¿Adónde te diriges? De qué trata lo que deseas, no cómo conseguirlo. Interesa sólo el cómo te sientes respecto a lo que deseas (sin inseguridades, sin culpas, vergüenzas, o cualquier cosa que no esté alineada con el deseo)


- ¿Por dónde? Estar atento, presencia absoluta. Nada de fuera puede detenerte (desvío activo); ni esperar que ocurra (desvío pasivo); ni considerar que si no se ha conseguido, es que no es para tí (renuncia)


El poder del Universo está en cada uno, que jamás acepta poner el poder afuera.


El último paso es el primero del siguiente trabajo.