jueves, 5 de mayo de 2011

Naturaleza... ¿muerta?



Qué curiosa es la naturaleza humana, como curiosa soy yo.
Como muestra de esa "naturaleza" no observo otra que la mía propia. Qué facil y divertido es aquello que me satisface, que deseo o que añoro, que imagino agradable. Qué dificil y aburrido aquello otro que me disgusta, me repele o angustia, que imagino hasta asqueroso.
Pero si invierto términos, si dejo de imaginar lo que desconozco, si contemplo, sólo contemplo, las circunstancias que me rodean... ¡amigo!... entonces, todito todo cambia de color, el prisma se desintegra por arte de birlibirloque y queda la armonía de la misma naturaleza, la mía, sin añadiduras.
No ha pasado un ángel, ni la alquimia tiene que ver, ni Tamariz siquiera. No hay ni truco ni trato, ni blanco ni negro, ni yin ni yan.
Investiga, investiga a ver qué ha pasado.


¡Todo un reto!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te quedas corta y lo sabes. No es importante, porque lo que realmente vale lo llevas en tí. Eres tú, exclusivamente tú la que da realidad a tu vida misma. Eres el sujeto sin objeto directo, porque no es necesario.
Vive como la naturaleza misma lo hace. Lo has comprobado, verificado, vivido en tí. Entonces, ¿qué esperas? Olvídate de los demás que hacen sus vidas. Reconoce en ellos otros yo; aunque son ellos sus propios hacedores, y no tú.
¡Lo conseguirás!

Mtu dijo...

La inestabilidad desemboca en la serenidad. Como el rio, que calma su energía cuando se mezcla con el mar. Y es entonces, cuando se hace uno con él, cuando se hace más libre, olvidado ya su encajado y meandroso cauce.
Algún día escribiré sobre esto. Profundizaré sobre esto. La similitud es impresionante -en una palabra, jajajajaja.

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