domingo, 20 de febrero de 2011

Fotos de mi ciudad entre algodones



La famosa cruz perfilada por un rayo de sol.





¿Qué es lo que se divisa? ¿Unas torres?





Es verdad: repetición de la jugada, ahora negro sobre blanco.






Preciosidad donde las haya... ¿magia potagia?






El algodón es comido por la ciudad, que se extiende abajo, aunque no se vea.

lunes, 14 de febrero de 2011

Los juicios


Una vez, el matemático G.H. Hardy visitó en el hospital a su protegido, el matemático hindú Ramanujan. Sólo por darle conversación, señaló que el 1729, el número del taxi que le había llevado, era bastante soso, a lo que Ramanujan replicó inmediatamente:

"No, Hardy, no! Se trata de un número muy interesante. Es el menor que se puede expresar como suma de dos cubos de dos maneras diferentes"

domingo, 13 de febrero de 2011

El sueño




"La vida es el sueño. Ahora, estamos despiertos" (A. Einstein)

lunes, 7 de febrero de 2011

Busca y encuentra.


Busca la simplicidad en el desorden.

Busca la armonía en la discordia.

En el corazón de la dificultad se encuentra la oportunidad. (Albert Einstein)

domingo, 6 de febrero de 2011

¿Allô?


Curioso pájaro...

jueves, 3 de febrero de 2011

Declaración de intenciones




Como curiosa que soy, me meto por todos los rincones y observo, miro y hasta opino. Esto no tendría la menor importancia si calculara los daños “colaterales” y lo hiciera con mesura. Pero… pero… a veces, algunas veces, en contadas ocasiones –menos mal-, traspaso esa frontera, me tomo la confianza y digo más de lo que debiera. En esos momentos, el calor y el color se agolpan en mi cara, me gustaría desaparecer del mundo mundial, agacho la cabeza en espera del “cogotazo” merecido… y prometo no volver a hacerlo jamás.

Hay situaciones en las que ni siquiera considero necesario que me señalen mi “exceso de confianza” porque ya me encargo yo misma de ser consciente del hecho en sí. El guantazo me lo doy mismamente a mí y el “recule” supongo que ni se nota.

Y es que lo tengo muy claro: no me meto dónde no me llaman, o por lo menos, eso intento. Trato de hacer lo que a mí me gusta que me hagan; no quiero que nadie opine sobre mi vida, mis gustos, mis formas, mi estilo o mi manera de hablar… que me hagan comentarios gratuitos sobre esto o aquello… que me “intoxiquen” con observaciones subjetivas que no he pedido… Porque si no lo he pedido, es que no me interesa. Y punto. Pues igual.

martes, 1 de febrero de 2011

Nada. Todo.




Cazaba las gacelas de tu cuerpo.
Sangre en celo. Sus garras y mi cama.
Hoy nada. Todo. Sólo
la luna que está llena en mi ventana.
(E.P.Zúñiga)