viernes, 14 de septiembre de 2012

Me envenenan















Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas
pero dos no es igual que uno más uno.
Y me envenenan los besos que voy dando...
 
Cualquier canción de Sabina tiene el ingrediente justo para ponerme melancólica, quizá porque ella misma contiene tintes otoñales. He elegido ésta, por la que voy deslizándome entre sus acordes danzantes, surcando lo etéreo y deseando lo divino.

Me he equivocado, tanto, tantas veces, que me rindo: ya no más. Maduro las decisiones antes de tomarlas, pero esta vez es distinto: me voy, es el primer paso, me voy, me voy del todo.

El fascinante mundo de los blogs me agarró desde el primer instante, y ahí he seguido con mayor o menor fortuna, pero he seguido.
Ahora, no me apetece escribir, aunque mi mente dibuja, de vez en cuando, las palabras que bien podría dejar impresas en mi espacio pero que, por dejadez, no hago. Estoy cansada de este círculo por el que circulo dando vueltas y más vueltas, no sé si esperando, no sé si temiendo, no sé qué haciendo o no haciendo, más bien deshaciendo. En fin…

He decidido dejar este blog tal cual está, sin quitar ni añadir: esbozado dejé un episodio de mi vida muy especial para mí, mucho, muchísimo. Es pasado, lo sé; pero fue un logro sin recompensa que recuerdo con cariño y ternura y quiero que siga estando en el recuerdo, y con mis palabras entrelineadas que sólo yo entiendo.

Por otra parte, agradezco a mis lectores y, sobre todo, a mis comentaristas –Werther, Medemoiselle d'Imbercourt y Anónimo- que dejaron sus huellas -éstos, impresas y sentidas, aquéllos, silenciosos y hasta sorprendentes-,de lo que me enorgullezco. Gracias.

Nunca se puede decir “de esta agua, no beberé”, aunque me atrevo a decir que no volveré; quizá algún día inaugure un nuevo blog, no lo sé, pero éste quedará y permanecerá así, sin nada más por mi parte. Algo se me rompe, es cierto; estoy triste, naturalmente que sí.

Adiós................

martes, 11 de septiembre de 2012

Por encima del hombro...

Últimamente me roza sin querer el desprecio. Nunca hay motivo para tal actitud, puesto que nadie es más que nadie.
Pero, sin embargo, en estos días he vivido con la sensación de ser despreciada: gestos, palabras, señales, incluso silencios... que se hacen más evidentes por mi perseverancia.Es una simple sensación, que puede o no ser portadora de algo de realidad, que no altera en absoluto -o sí, no sé- mi rutina, mi cotidianidad.
Y, ¡qué cosas!, me sorprendo de estar sentada, aquí, hablando de ello; porque, en definitiva, desearía no sentirlo, y mucho menos, verlo.
Lo que me está pasando es lo mejor que me puede pasar.


viernes, 31 de agosto de 2012

En este feliz momento

Qué fuerza puede tener una simple frase... Ella, por sí sola, hace posible cambiar la visión de la vida.
Y, entonces, yo me pregunto: ¿qué poder puede llegar a tener uno mismo?

domingo, 26 de agosto de 2012

Mapa y territorio

Más sencillamente, sin duda se dejó arrastrar por una pura fascinación plástica ante la imagen de aquellos bloques de texto ramificado, empalmados, que se engendraban unos a otros como un pólipo gigantesco.
("El mapa y el territorio", M. Houellebecq)


Es poeta, ensayista y novelista y ha llegado a mis manos por casualidad, como todas las cosas buenas de la vida.
Quizás suene más el siguiente título "Las partículas elementales" que, junto a "Ampliación del campo de batalla" y "Plataforma", forman un tratado sobre la condición humana de nuestro tiempo.
Me está sorprendiendo su autodescripción, en la que no sale muy bien parado que digamos. Sin embargo, sí se recrea en su condición de prestigioso escritor.
Una gran novela.

martes, 21 de agosto de 2012

Mi pantalla


Tengo minimizada la pantalla de entradas. Sin embargo, sigo controlando.
Estoy enfrascada, leyendo las últimas noticias; como siempre, son todas oscuras y sin expectativas. Acabo por no entender nada: sólo controlo.
Ni una señal, ni una seña, ni el más leve soplo de viento se observa.
Me recreo en eso que leí hace un par de días: no es lo mismo, pero se parece. Allí, estaba claro, o así lo veía yo, como observadora a distancia. Aquí, no veo. Así de sencillo: las cataratas que inundan mis ojos son tan grandes o más que las de Iguazú, con todo el respeto para ellas.
Mi impotencia no tiene con qué mezclarse: no hay ni tristeza ni nostalgia. Es lo que hay.

sábado, 11 de agosto de 2012

Un rato cualquiera

Y de repente me he puesto romántica; y de repente... todo se ha venido abajo; y de repente, el olor, el tuyo, mezclado con iriscencias incandescentes, me embriaga.
No puedo seguir; me atragantan los deseos y la incoherencia ha hecho presa en mí.
Mírame, con esa mirada en la que el Universo entero se concentra, materia negra que atrapa y engulle. Suelta, suéltame: quiero mirarte yo también, detenidamente... uhmmm, ese lunar ayer no estaba ahí...
Calla, sobran las palabras. Ahora, sí.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Lanzamiento


Abro la ventana para respirar.
Tengo la mochila casi preparada. ¡Vaya! Aún queda algo de espacio libre para guardar también en ella parte de la rebeldía y un cuarto de desencanto.
Preparadosss... listossss.... ¡¡la lanzo con todas mis fuerzas!!
Adiós a todo aquello que me daña.
Buenos días, felicidad.