sábado, 16 de abril de 2011

Ella, por primera vez.


Mery no estaba bien, ni consigo misma ni con lo que le rodeaba. Llevaba tiempo sin estarlo, bien quiero decir. Es algo relativo, ella lo sabía; aunque para Mery era decisivo: o estaba o no estaba, sin medias tintas.

Se sorprendía pensando en su pasado, en aquel paso que dió ajena a que allí se jugaba su futuro. ¡Cuántas ilusiones, proyectos, deseos, utopías... había dejado en el camino! Aún no estaba todo perdido, era joven, o eso creía. Pero, fíjate por dónde, ahora, mientras más lo pensaba más se alejaban esas ilusiones, proyectos............. No era persona de dejar nada en manos del azar o de la casualidad; luchaba sin medida. Y, sin embargo, sin embargo..................

Mery era valiente en su terreno. En el ajeno, no tanto. Pero cuando decía algo, era como una hormiguita, incansable hasta alcanzar su objetivo.

Y es que Mery era mucha Mery.