lunes, 23 de mayo de 2011

Querida mujer - Gracias, Isabel



Compasión, ¿dónde está la verdad?




Me ha llamado la atención, leyendo un libro impactante, esta distinción que encuentra el personaje creado por el autor -que puede ser su propia opinión- en la compasión. Dice así:
"Hay dos clases de compasión:
Una, la débil y sentimental, que en realidad sólo es impaciencia del corazón por liberarse lo antes posible de la penosa emoción ante una desgracia ajena; es una compasión que no es exactamente con-pasión, sino una defensa instintiva del alma frente al dolor ajeno.
Y la otra, la única que cuenta, es la desprovista de lo sentimental, pero creativa, que sabe lo que quiere y está dispuesta a aguantar con paciencia y resignación hasta sus últimas fuerzas e incluso más allá. Sólo cuando uno llega hasta el final, hasta el final más extremo y amargo, sólo cuando uno tiene la gran paciencia, puede ayudar a los hombres. ¡Sólo cuando se sacrifica a si mismo, sólo entonces!"
Stefan Zweig