lunes, 27 de diciembre de 2010

Indecisión


Después de todo lo deseado, esperado, anhelado... ahora, ¿qué?

Estoy indecisa, no sé qué hacer, qué siguiente paso dar. La euforia del primer momento ha pasado, y me cuestiono qué de realidad había allí, o si es que todo era un sueño del no quería despertar, pero que cuando se ha empezado a hacer realidad, ¡zas!, ya no "usta nena".

No estoy vacía, no, al contrario: miles de pensamientos en tropelía cruzan mi mente, todos ellos contradictorios. Y no sé dónde estoy. Estas cosas deberían venir con un "manual de uso", aunque, claro, eso rompería el hechizo.

Siento una enooorme curiosidad, pero ya sé de sobra adónde me lleva... Y quiero estar segura. De la ida. Y de la vuelta. Sobre todo de la ida. La vuelta no depende tanto de mi.


"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto y, de pronto, toda nuestra vida se concentra en un solo instante"

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hazle caso a tu intuición, sabes que ella no suele fallar. O... mejor... ¿por qué no sigues lo que dicta tu olvidado corazón? Es más fácil de lo que piensas, y mucho más real de lo que puedas imaginar.

Mtu dijo...

Dentro del yin hay un pequeño yan. Dentro del yan, un pequeño yin. ¿Cómo separar lo idéntico?
Sé tú misma, siempre. Encontrarás el sosiego necesario para hacer lo que tienes que hacer en cada momento. Eres capaz.

Mtu dijo...

“El amor no se busca, el amor te encuentra, porque es anterior a nosotros. No hacemos el amor, el amor nos hace, nos va modelando, haciéndonos mejores personas cada día. Somos hijos del amor y por eso tenemos la obligación de ser felices, estamos vivos y nacemos para la felicidad”.

Mtu dijo...

Esto es inevitable y empiezan a no tener sentido muchas cosas, incluida ésta.

Mtu dijo...

Jajajajaja... sonrío... aunque el agua pretenda desdibujar mi aspecto.... jajajjajjajajjaja.....
soy totalmente responsable de mi felicidad... ¡y lo soy tantooooo...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Mtu dijo...

No hay cabida para el miedo. Paladeo estos momentos, irrepetibles, sanos, naturales, profundamente graciosos... ¿Es esto la felicidad? Si cuestiono se me escapa; o sea, sin comentarios.

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