jueves, 11 de noviembre de 2010

Distinta intención

Este blog nació con una intención pero... sospecho que la intención de ahora es otra... Tiempo al tiempo...  ¡pero cuánto valor le damos al tiempo, me cachis!

"El tiempo todo lo cura". El tiempo... el tiempo parece que cura las heridas, redondea las aristas más picudas, difumina los inconvenientes, como ese reflejo...
Si fuera así, el tiempo sería como la variable independiente dentro de una ecuación, en la que las demás variables toman valor según la primera.

Pero no es así. Las circunstancias se desarrollan independientemente del tiempo; mi teléfono suena ahora y no es este momento el que hace que suene: eres tú, en tu libre albedrío, el que ha marcado sus dígitos.

La decisión de cambiar el sentido de este blog no ha sido tomada por el tiempo, aunque me ha ayudado a madurar la idea. No tengo decidido cómo se va a ir desarrollando; dejo que la  improvisación me sorprenda.

¡Vuelvo en una vuelta! 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi herida no está producida por el tiempo; tampoco él corta la hemorragia, ni la desinfecta, ni le pone pomada.
El tiempo no es el que me hace ver hoy una dificultad donde ayer no la había.
Somos cada uno de nosotros los que creamos nuestras propias vidas, permitiendo o no, resistiendo o no, dejándonos revolotear como una hoja ante un huracán o cayendo de plano.

Mtu dijo...

¿Por qué tus comentarios son siempre mejores que tus entradas, dime? ¡Estás llena de paradojas!

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